Carlos Andrés Wheeler Botero
Profesional en deportes y recreación
Especialista en Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo
Docente e investigador
Fundador de WHEELER tecnología aplicada al deporte.

(Datos sin Publicar)

EVALUACIÓN DEL SALTO VERTICAL Y SU TRANSFERENCIA AL RENDIMIENTO DE LA VELOCIDAD EN 20 Y 50 METROS EN FUTBOLISTAS

Para nadie es un secreto que el deporte de características intermitentes como el fútbol, baloncesto, tenis, rugby, entre otros; donde se presentan  altas demandas neuromusculares por todas las acciones de alta intensidad que el mismo juego exige, la fuerza, en especial sus derivados potencia y velocidad, son aspectos determinantes del rendimiento y acompañado con los demás aspectos condicionantes como la técnica, táctica y control psicológico, facilitan de alguna manera el desempeño del deportista a largo plazo.

Estudios como el de (V. Di Salvo 1, 2009) tuvieron como objetivo proporcionar un análisis detallado de la actividad de carrera de alta intensidad realizada por jugadores de fútbol de élite durante el partido. Otro objetivo del estudio fue evaluar la importancia de la actividad de carrera de alta intensidad para el éxito general del equipo. Se realizaron observaciones sobre medidas de rendimiento de partidos individuales en 563 jugadores de campo (mediana de 8 juegos por jugador; rango = 1-57) que compitieron en la Premier League inglesa desde 2003/2004 hasta 2005/2006 utilizando un sistema de seguimiento computarizado (Prozone ®, Leeds, Inglaterra). Las actividades de alta intensidad seleccionadas para el análisis incluyeron la distancia total de carrera de alta intensidad (THIR), la distancia total de sprint (TSD) y el número y tipo de sprints realizados. También se analizó la distancia total de carrera de alta intensidad en posesión y sin posesión del balón. El THIR dependía de la posición de juego con un mediocampo amplio (1049 ± 106 m) y los defensores centrales (681 ± 128 m) completando la distancia más alta y más baja, respectivamente (p <0,001). La actividad de alta intensidad también se relacionó con el éxito del equipo, ya que los equipos terminaron entre los cinco últimos (919 ± 128 m) y los diez medios (917 ± 143 m) de las posiciones de la liga completando significativamente más TERCEROS en comparación con los equipos entre los cinco primeros (885 ± 113 m) (p = 0,003). El THIR y TSD también disminuyeron significativamente durante la segunda mitad con las mayores disminuciones observadas en el centro del campo amplio y los jugadores de ataque (p <0.05). Tanto las diferencias de posición en la actividad de alta intensidad como el cambio observado en la actividad a lo largo del juego también se vieron influidos por el éxito del equipo (p <0,05).

(V. Di Salvo 1, 2009) (Cuadro #1), distribución de esfuerzos de alta intensidad de sprint, por posiciones tácticas de juego.

Se puede concluir en este importante estudio de Di Salvo en el 2009, que las distancias recorridas que mayor importancia estadística tiene en el fútbol, son los rangos entre 5 y 10 metros, el resto de recorridos también se presentan, pero no con la misma periodicidad. Este dato es de gran ayuda e importancia para los entrenadores y preparadores físicos, porque permite caracterizar el rendimiento neuromuscular de los jugadores por medio de la realización de test de campo simples sobre las distancias mencionadas con anterioridad y adicionalmente individualizar el entrenamiento ya que cada deportista presenta diferencias en sus perfiles neuromusculares. (Jean-Benoît Morin 1, 2015) reiteran que estudios recientes han aportado nuevos conocimientos sobre la evaluación de los perfiles de potencia-fuerza-velocidad tanto en los empujes balísticos (p. Ej., Saltos) como en los movimientos de velocidad. Estos son los principales componentes físicos del rendimiento en muchos deportes, y los métodos que los autores desarrollaron y validaron se basan en datos que ahora son bastante simples de obtener en condiciones de campo (por ejemplo, masa corporal, altura de salto, tiempos de sprint o velocidad). El aspecto prometedor de estos enfoques es que permiten prácticas de evaluación, monitoreo y entrenamiento más individualizadas y precisas, cuyo éxito depende en gran medida de la recopilación, generación e interpretación correctas de los resultados mecánicos de los atletas.

Históricamente el salto vertical ha sido utilizado como indicador de rendimiento deportivo por muchos entrenadores de diferentes disciplinas en el mundo. Fue el profesor Rodolfo Margaria durante la década de los 60, el primero en hablar de la relevancia del llamado ciclo de estiramiento – acortamiento (CEA). Este investigador y médico demostró que una contracción concéntrica precedida de una excéntrica podía generar mayores niveles de fuerza que una contracción concéntrica aislada (García López & Herrero Alonso, 2003).

La mayoría de los movimientos y acciones deportivas cumplen este ciclo (CEA), facilitando así las contracciones concéntricas o fases propulsivas. Por tal motivo el salto que mayor popularidad tiene en el ámbito deportivo como indicador de eficiencia neuromuscular ha sido el salto con contra movimiento (CMJ), este salto se ha descrito en la literatura como determinante de la manifestación elástico explosiva de la fuerza. Durante el estiramiento la energía elástica potencial se almacena en los elementos elásticos en serie y puede ser reutilizada en forma de trabajo mecánico en el inmediatamente posterior trabajo concéntrico, si el período de tiempo entre las fases excéntrico y concéntrica es corto (tiempo de acoplamiento) (Lorenzo, 2012)

Otro salto que también ha sido utilizado por entrenadores dentro de la batería de test para valorar la fuerza y la potencia vertical del tren inferior es el squat jump (SJ), consiste en la realización de un salto vertical máximo partiendo de la posición de flexión de piernas de 90°, sin ningún tipo de rebote o contra movimiento. Los miembros superiores tampoco intervienen en el salto puesto que las manos deben permanecer en la cadera desde la posición inicial hasta la finalización de salto. El sujeto en la fase de vuelo debe mantener el cuerpo erguido, las piernas extendidas y pies en flexión plantar efectuando la caída en el mismo lugar de inicio, con los brazos fijados en la cadera. El objetivo de evaluación es: Fuerza explosiva, reclutamiento de UM, % FT. Modalidad: trabajo concéntrico (Lorenzo, 2012). Estos investigadores realizaron un estudio 765 deportistas de alto nivel, para determinar la altura promedio de cada salto en hombres y mujeres de 16 disciplinas deportivas diferentes obteniendo los resultados de la (Tabla 1), que se muestra a continuación.

Introducción

El estudio se realizó durante los años 2017 y 2018, con una población de 100 futbolistas, edad entre 18 y 19 años, pertenecientes a un club profesional de fútbol de Colombia. Los test realizados fueron el salto de sentadilla (SJ), salto en contra movimiento (CMJ), saltos continuos verticales en 10 segundos, velocidad en 20 metros y velocidad en 50 metros. El objetivo del estudio era observar si existía correlación entre los saltos evaluados y la velocidad en las distancias realizadas. Los resultados descritos estadísticamente en promedio y desviación estándar, en la (Tabla 2).

(Tabla 2). Promedio y desviación estándar de: Número de evaluados, edad, altura en centímetros del (SJ), altura en centímetros del (CMJ), índice Q (tv/tc), altura promedio alcanzada durante los 10 segundos continuos en centímetros, velocidad en m/sg alcanzada en 20 metros y velocidad alcanzada en m/sg alcanzada en 50 metros.

Análisis Correlacional

Las correlaciones encontradas en el estudio se muestran en las gráficas (1,2,3,4,5,6).

Gráfica 1

Gráfica 2

Gráfica 3

Gráfica 4

Gráfica 5

Gráfica 6

Conclusiones

Podemos concluir una vez analizados los resultados, que los saltos que mejor determinan el rendimiento neuromuscular en los futbolistas evaluados, para las velocidades en las distancias de 20 y 50 metros, fueron el (SJ) con una correlación de 0,89 con respecto a la velocidad alcanzada en 20 metros. la correlación del (CMJ) con la velocidad en 20 y 50, fue de 0,50 y 0,69 respectivamente.

El otro dato interesante fue encontrar una correlación de 0,93 entre en Índice Q promedio de los 10 saltos continuos y la velocidad en 50 metros, correlación que no presentó peso en el caso de (SJ) con la velocidad en 50 metros, donde fue de 0,40.

Los resultados del estudio concluyen que el (SJ) podría ser un determinante de rendimiento en los primeros 20 metros de carrera lineal para futbolistas, de igual manera lo sería el índice Q promedio en 10 saltos continuos, para la velocidad en 50 metros lineales.

Discusión

La evidencia científica se encuentra dividida en cuanto a la aceptación del salto vertical como indicador de rendimiento en desplazamientos a máxima intensidad horizontal como las fases de aceleración y la velocidad máxima. También existen estudios realizados por (Joseph P. Hunter 1, 2004), donde determinan otros factores como indicadores de rendimiento en el sprint como la amplitud y la velocidad de paso. Los resultados de este estudio evidenciaron una amplia gama de combinaciones de longitud de paso y velocidad de paso, incluso para subgrupos de atletas con velocidades de sprint similares. Esto se debió en parte a una interacción negativa que existía entre la longitud del paso y la velocidad del paso; es decir, aquellos atletas que usaban una longitud de paso más larga tendían a tener una velocidad de paso más baja y viceversa. Con esto se puede plantear que la técnica de carrera es un elemento fundamental para alcanzar buenos niveles de velocidad de desplazamiento.

Otros investigadores como (Dávila, 2003)  en su estudio con 48 velocistas,  relaciona la fuerza horizontal ejercida contra los tacos durante el tiempo comprendido entre la señal de listos y el disparo de salida (pre período) con el tiempo de movimiento (TM) y la velocidad horizontal en el instante del despegue del pie adelantado de los tacos, los resultados ponen de manifiesto que cuando se incrementa la tensión inicial tiende a incrementarse la velocidad de salida del centro de gravedad. Acorde a estos resultados y relacionándolos con los hallados en nuestro estudio, una altura superior a 35 cm en el salto (SJ), podría ser un indicador de rendimiento de velocidad horizontal por la relación directa que tiene este salto con la fuerza máxima explosiva y la velocidad con la que se ejecuta, sin olvidar que el vector de fuerza es completamente opuesto al desplazamiento horizontal.

Con lo anterior queda claro que el entrenamiento de la fuerza es fundamental para el rendimiento en el sprint, en el caso de los deportes de conjunto y en especial el fútbol, en donde las acciones de desplazamientos a máxima intensidad en distancias muy cortas de 5 a 10 metros son las más importantes (V. Di Salvo 1, 2009), esta capacidad condicional toma el protagonismo.

Un estudio realizado por (Hoff, 2005) encontró que la fuerza máxima de media sentadilla en futbolistas de elite en Europa era de 120 a 180 kg, con lo que podemos reiterar que los futbolistas profesionales tienen dentro de sus metodologías de entrenamiento la fuerza en el tren inferior con ejercicios de carácter vertical como la media sentadilla.

Siguiendo con la misma línea (Wisloff, 2004) encontró en jugadores de fútbol de Noruega, valores de sentadilla media de 171 kilogramos, salto vertical de 56 cm en promedio, tiempo promedio en sprint de 10 metros de 1,82 segundos, en 20 metros 3 segundos y en 30 metros 4 segundos. La sentadilla media correlacionó en 0,94 con el tiempo en 10 metros, 0,71 en 30 metros y la altura del salto vertical correlacionó en 0,68 y 0,70 para 10 y 30 metros respectivamente. Los resultados de este estudio tienen similitud con los hallados en nuestro estudio, donde la altura del (SJ) presentó una correlación de 0,89 con la velocidad en 20 metros y el aumento o mantenimiento del índice Q en los saltos continuos durante 10 segundos, tuvo una correlación de 0,93 con la velocidad en 50 metros.

Se recomienda realizar más estudios con deportistas de diferentes modalidades deportivas y diferentes niveles de entrenamiento para poder tener conclusiones más claras con respecto al salto vertical como indicador de rendimiento neuromuscular en el sprint corto y largo.

Bibliografía

Dávila, G. (2003). Relación entre la fuerza horizontal ejercida contra los tacos, previa a una salida de velocidad, sobre el tiempo de movimiento y la velocidad. Universidad de Granada, Universidad de Valencia, 39-45.

García López, D., & Herrero Alonso, J. y. (2003). METODOLOGÍA DEL ENTRENAMIENTO PLIOMÉTRICO. Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, 190-204.

Hoff, J. (2005). Entrenamiento y prueba de capacidades físicas para futbolistas de élite. Revista de ciencias del deporte, 573 – 582.

Jean-Benoît Morin 1, P. S. (2015). Interpretación de perfiles de potencia-fuerza-velocidad para entrenamiento individualizado y específico. Sports Physiol Perform, 11.

Joseph P. Hunter 1, R. N. (2004). Interacción de la longitud del paso y la velocidad del pasodurante Sprint Running. Ciencias aplicadas a la biodinámica, 1-11.

Lorenzo, R. P. (2012). Test de Bosco. Evaluación de la potencia anaeróbica de 765 deportistas de alto nivel. Publice , 3.

  1. Di Salvo 1, 2. ,. (2009). Análisis de la actividad de alta intensidad en la Premier League Soccer. Int J Sports Med, 25.

Wisloff. (2004). Evaluación y relación entre distintos parámetros de condición física en fútbolistas semi profesionales. Nuevas tendencias en educación física y deporte, 2.

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